domingo, 3 de enero de 2010

Una larga Caminata.


"...toma mi mano esta noche, y no pensemos en el mañana, dejemos atrás al mundo, y solo pensemos en nosotros, mientras perseguimos a luna de la mano...!

Esta noche quiero tomar tu mano, y caminar a tu lado. Quiero que la luz de la luna nos ilumine y la oscuridad de la noche nos haga invisible a las demás personas. Quiero que volvamos a ser adolescentes que escapan del mundo. Quiero que esta noche nuestros pies se hundan en la arena. Quiero que en medio de ella las olas nos mojen nuestros pies, sentir la humedad de la playa, sentarnos un momento y ver tu mirada iluminada por el farol nocturno. Recuerdo nuestra primera vez en la playa, y nuestra caminata de horas sin parar, no sabíamos adonde íbamos, solo que estábamos nosotros y nadie más.

Abrázame y no me dejes, me dices, mis brazos se mezclan con tu cuerpo, y los tuyos se pierden en mí, tu cara se pierde en mi pecho. Nos quedamos inmóviles para el mundo, dejemos que este siga con su vaivén extremo, que las luces no bélicas de la ciudad se prenden y apagan.

Te miro tu cara iluminada por la luna, miras mi cara, nos sonreímos, y nos besamos, nuestra respiración se hace una, nos dejamos llevar por nuestros sentimientos. El beso termina lento, seguido de otro más pequeño, tu sonrisa no se apaga, la luz se refleja en ella, y leyendo mi pensamiento me tomas mis manos y comienza a caminar y me llevas, corremos como si lleváramos prisa, ríes a carcajadas y caemos en la arena, aun sigues riendo.

- Por qué ríes cariño?

- Porque estoy contigo, no sabes cuanto espere por esto, un momento contigo, dime que esto es real, abrázame fuerte, bésame, piensa que esta noche es nuestra última noche de nuestras vidas.

- Cariño, esta noche no será la última, será la primera de muchas en nuestras vidas, no quiero nunca separarme de ti.

Nos abrazamos y besamos tirados en la arena, damos un par de vueltas y la arena en nuestro cuerpo nos obliga a ponernos de pie.

Jugamos con la arena, y volvemos a ser niños esta noche. Reímos como nunca, y corremos sin cansancio.

Nuestras manos unidas, abrazados caminando, seguimos a la luna, horas y horas, mientras el sol comienza a aparecer, y como dos fantasmas nos desvanecemos a nuestra cama, nos enredamos en las sabanas y nos dejamos llevar de nuevo hasta un nuevo anochecer y otra caminata a la luz de la luna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario