miércoles, 29 de febrero de 2012

1 Ladrillo + otro ladrillo.

Con lo de ayer solo me queda pensar que

1.- Caminamos a distintas velocidades...tal vez tu al ser porteña y yo santiaguino que camina mucho más rápido como todos los santiaguinos del paseo Ahumada.

2.- Caminamos en direcciones opuestas...yo camino hacia algo más y tu caminas (o te quedas detenida) en lo que está.

Pienso (y me dijeron) que es mejor no pensar y quedarme así como estan las cosas. Naturalmente tenderé a presionar, pero no recibir nada de vuelta es como las weas desesperante a ciertos ratos. No sabes como hacer para poder abrir esa muralla que se forma, la cual quieres batir pero creo que eres más rapida que yo a la hora de poner los ladrillos.

Lo de ayer lo asumiré como una gran caída desde la muralla y como es natural en cada gran caída piensa 2 dos cosas nuevamente.

1.- Volver a intentarlo contra la muralla ya sea de la misma forma o con una nueva estrategia.

2.- Abrumarte por lo que sucedio y darte por vencido.
Es tiempo de elegir si volver a subir o quedarme mirando lo que alguna vez intenté...

lunes, 20 de febrero de 2012

Hey!!

Dime que necesitas??

Que otra señal???

Acaso debo gritarte con un Megafono que me gustas??


Ahora ni se si realmente te quiera dar alguna otra señal...


Porque para ser sincero...creo que yo también las perdí y ahora estoy ligeramente confundido en algo que no se y no entiendo. Creo que también necesito alguna señal o que me grites por megafono.

Cure

Tal vez veneno sea la cura de todos los males...
La muerte no lo es...definitivamente no!
Correr sirve, pero tarde o temprano las cosas me atrapan nuevamente.


Mi cura es la verbatorrea que me da tan frecuentemente cuando lo necesito que me aliviana en parte esta pesada existencia (en realidad todos llevamos una existencia tan o más pesada que la mía, no que hago quejandome como un bebe!)

En fin...a escribir se ha dicho...

Es la cura a todos mis males, llamense confusiones, ganas de mandar a la mierda y explotar en mil pedacitos.

Cosas de Gatos

Me vino un bajón enorme, de coincidencia tuve que salir y ver dos gatos callejeros, así como esa helada noche de octubre que la matriarca del clan gatuno que tuve llegó al balcón de mi departamento.
De ahí nunca pensé que en navidad esa delgada gata con sus 5 críos serían mi regalo de navidad...no se si salvarlos de una muerte cruel por parte de vecinas inescrupulosas fue más regalo para ellos o mi cara de felicidad de por fin poder tener gatitos.
Verlos crecer, jugar, comer, caminar, realizar travesuras, correr...fue increíble, pero de a poco tenían que marcharse, y creanme pequeños que fue difícil. Cada uno tenía algo especial.
Romano (Tom) con su maldad y gritos de felino grande y salvaje. Benito y su mirada tan especial llena de cariño, Quica y sus maldades y escapadas, Pepona con sus grandes ojos y el Negro que fue el primero en caminar.
Luego llegó una segunda camada que nos mostró todo el milagro de la vida. Estuvieron muy poco, con suerte pude verlos correr y caminar.
De haber sabido que esa noche de enero iba a ser la última la hubiera aprovechado de jugar con uds y hacerlos tan felices como me hicieron en su estadía.
Mis gatunos, donde quiera que estén espero que estén bien y perdónenme por no poder cuidarlos en este momento. Los adoro.