lunes, 20 de febrero de 2012

Cosas de Gatos

Me vino un bajón enorme, de coincidencia tuve que salir y ver dos gatos callejeros, así como esa helada noche de octubre que la matriarca del clan gatuno que tuve llegó al balcón de mi departamento.
De ahí nunca pensé que en navidad esa delgada gata con sus 5 críos serían mi regalo de navidad...no se si salvarlos de una muerte cruel por parte de vecinas inescrupulosas fue más regalo para ellos o mi cara de felicidad de por fin poder tener gatitos.
Verlos crecer, jugar, comer, caminar, realizar travesuras, correr...fue increíble, pero de a poco tenían que marcharse, y creanme pequeños que fue difícil. Cada uno tenía algo especial.
Romano (Tom) con su maldad y gritos de felino grande y salvaje. Benito y su mirada tan especial llena de cariño, Quica y sus maldades y escapadas, Pepona con sus grandes ojos y el Negro que fue el primero en caminar.
Luego llegó una segunda camada que nos mostró todo el milagro de la vida. Estuvieron muy poco, con suerte pude verlos correr y caminar.
De haber sabido que esa noche de enero iba a ser la última la hubiera aprovechado de jugar con uds y hacerlos tan felices como me hicieron en su estadía.
Mis gatunos, donde quiera que estén espero que estén bien y perdónenme por no poder cuidarlos en este momento. Los adoro.

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