lunes, 16 de noviembre de 2009

Un sinnúmero de palabras que el viento no se llevara.


"...que estas palabras no se las lleve el viento, no importa cuantas veces tenga que escribirlo, pero sabes que te quiero...

Su nariz roja por el frío solo indica que el invierno se dejo caer en la ciudad.
La inquietante espera lo abruma “Cuanto rato ya llevo parado aquí?” se preguntaba cuando el reloj dejaba caer sus manecillas a las 6:31 AM. La noche anterior la lluvia cubrió las calles, formando barro en las esquinas y mojando a los perros vagos que a ese hora buscaban refugio entre las personas, entre las fogatas que se encendían en el otro extremo de la ciudad, o solo bajo un auto estacionado.
La oscuridad era enorme, pequeñas luces que alumbran cada 50 metros hacían un forado en esta escena.

Su viaje entre las personas apretado, tan cerca que podía escuchar sus pensamientos, por eso buscaba refugio en su música. Aun quedaban un par de minutos de viaje cuando decidió parar un momento, aun estaba algo nervioso, vio la foto de ella en su celular y dijo “Nos vemos “. Sale de la tierra, emerge en las alturas para volver a la superficie lejos de su punto de partida. Otra gente, otro lugar, otra escena. Un tímido sol emerge entre nubes, dando cuenta que el día comienza, pero el frío es idéntico. Otra espera, hasta que un par de brazos lo estrecha y una dulce voz dice “Buenos días”.

Ambos se conocían hace un poco más de un año, ya los malos tiempos habían pasado, sus caras ahora sonreían todo el día. Ahora ambos caminaban entre álamos, cerezos y sauces llorones, pero esta mañana tenía algo especial.

Caminando de la mano, ella decide detenerse y sentarse, y sólo dice “Te quiero”. Sorprendido no pudo hablar, solo se sentó a su lado y escribió lo que no pudo decir. Ella leyó atentamente, y solo con su cabeza atino a decir un si. Se besaron como nunca antes, con ese beso dejaron atrás los malos momentos, noches de llanto y tardes de soledad. Todas aquellas metas que superaron paso a paso, y ahora solo querían escribir su futuro.

La primera línea de su futuro estaba escrita en ese papel, contenía palabras que el viento nunca se llevara.

Pd: el papel decía: Yo también te quiero, pero temía decírtelo, y quiero estar por siempre contigo, si es que tu también lo deseas…

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