Creo que el mayor premio de darme el tiempo de ir a una asamblea, es verte.
Mirar hacia atrás y saber que estarás ahí. Es parecido al hecho de ir a clases que muchas veces asisto sólo a consumir oxígeno, el hecho que estés ahí.
Tal vez te diste cuenta hoy que me di vuelta casi descaradamente a encontrar tu mirada, lo logré un par de veces y mientras recuerdo tu rostro hoy, escribo esto.
No creo verte hasta la próxima semana, pero creo conformarme con el hecho que el universo me obligó a romper el silencio que torpemente levanté.
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