sábado, 3 de octubre de 2009

Los Dados


"...y la suerte entre los dos estaba echada, estaban destinados a estar juntos, sin importar la distancia y las dificultades, un mundo que los separaba y uno que los unia..."

Sentada sin saber el porque, Claudia tenia un par de dados en su mano. No sabía porque estaba ahí, solo lo estaba. Sus ojos azules reflejaban que había llorado hace no mas de 10 minutos. La vida la golpeaba, solo ella sabía el miedo que tenía en ese instante. Tenia algo que la aferraba a no partir de ese lugar. Esperaba a alguien. A quién? Nadie sabía. Ni ella sabía como era.
La noche anterior a los sucesos, ella no había disfrutado nada de su día. Salió sola como de costumbres en las mañanas, estaba cansada de su soledad, ya no la aguantaba un minuto más a su lado. Esa noche un sueño le dijo que su vida cambiaría. Que sueño?. Ella caminaba una mañana como de costumbre, solo que acompañada de una mano, no muy grande, pero si cálida, y ella intento ver el rostro, no lo vio. Justo su hermana la despertó. Ella intento dormir, concentrarse para descubrir el rostro de su sueño, pero no pude, dibujo esa escena unas 10 veces en su libreta, la mano, y la figura, pero no su rostro.
Así ese día sentada esperaba que pasara, las manos que esperaba, se aburrió, decidió salir, fue a tomar un cafe a una terraza, para ver el atardecer, y al otro lado del local, un chico la vio. Joaquín, que pasaba todas las tardes a ver la puesta de Sol, no dejo de verla desde que entro, el pensó que no podía ser real, ella apareció en su sueño, el corría tras ella, y cuando la podía tocar, despertó.
El se acerca tímidamente a ella, diciéndole, "Es una lista puesta de Sol". Ella no quería mucha compañía ese día, asique no respondió. EL tratando de buscarle alguna manera de decir algo, le dijo "...te ha pasado que en sueñes ves a alguien, y crees que cuando lo encuentras la respiración se te corta...". Ella sólo lo mira, con cara de sorpresa, y ve sus manos. Las reconoció de inmediato, pero sintió cosquillas en su estomago, no las pudo soportar, y corrió alejándose, hasta llegar a una plaza, la Plaza Matte, se sentó y dijo " Que hice?", volvió a llorar, esa tarde hasta que decidió volver a casa, solo a dormí
ir y pensar en que lo encontró, tal vez por error, pero el destino no falla. Dos personas que estén destinadas, se unen por motivos un tanto extraños, pero no pueden escapar una vez que se unen, aunque estas pidan que se alejen por el bien del otro, aunque dentro de si no sea así. Ellos ya no podían escapar a su destino, este ya se unió y de ahora en adelante se escribiría de a dos.
Así ella, volvió la siguiente tarde, a buscar su leche con chocolate( era la única que pedía chocolate) para ver la puesta de Sol, él con un poco de miedo de la tarde anterior, se acerco a su mesa y la saludo para ver cómo estaba. Ella al verlo se puso nervioso, pero se controló para no salir corriendo, y entre una sonrisa nerviosa le dijo "Me llamo Claudia... y tu?"
"yo soy Joaquín, disculpa por lo de ayer"
Así conversaron toda la tarde, hasta que el Sol desapareció, llegaron a la plaza Matte, y vieron que no podían despedirse, eran las personas que soñaron un día que pidieron cambiar su destino para ser felices, Claudia le entrego sus dados y le dijo arrojalos, Joaquín los lanzó, y el resultado fue asombroso, el dado que el lanzó se complemento con el de ella, reflejo el destinó, que lo unió, y ella dijo "mañana nos vemos...niño Pastel". Así se despidieron, y caminaron en dirección a sus destino.
Asi las tardes, cada día vieron la puesta de Sol, aunque el día haya sido nublado. Todo cambio esa tarde en la que el no pudo ir, ella la vio sola la puesta de Sol. Lloro, extraño esa mano que con su tibio calor, la llenaba, extraño a su pastelito. Volvió a su casa, y sintió su Nombre en el vació de su camino. Era él, no pudo llegar, porque tubo que atender a un paciente esa tarde de urgencia, pero el la esperaba con un ramo de rosas blancas, y el le dijo," esta no fue nuestra puesta de Sol, pero haremos que sea nuestra, el Sol mágicamente vuelve a emerger tímidamente entre la cordillera, y alumbra un mensaje escritos con pétalos de rosas blancas y rojas "TE AMO ♥"
Ella no lo podía creer, llevaba una servilleta en la que escribió un Te Amo, entre lagrimas de un te extraño.
El destino estaba echado, y estaba escrito que esa tarde, sería el primer beso de ellos.

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